Tengo ganas insaciables de escribir,
de comerme a mí misma,
de colmar mis ojos con letras tácitas.
Siento hervir en mi mirada tu cuerpo desnudo.
Tú estás lejos, y yo
aquí, esperándote.
Me pondré mis
mejores letras para el día de tu regreso.
Tendré sonetos en mis labios y me perfumaré
de versos.
Vestiré palabras ceñidas a mi cuerpo para
morir en tu vientre cálido.
Mis ojos tendrán los destellos de miles de Te amo.
Y con mis dientes morderé suave tus labios.
Me citarás en la hora hermosa y en el lugar
preciso.
Y cuando te vea a lo lejos, extenderé mis
alas
para
volar pronto a tu encuentro.
Recitaré en tu oído metáforas que
se enlazarán a tus cabellos negros.
Me regocijaré en tu exquisita voz, en tus
tonos, en tus Te amo más.
Sorda de ti, asentaré mis labios en
los tuyos
para que esta poesía se derrame.
Y con mis dientes morderé suave tus
labios.
Mis manos encontrarán las tuyas,
tan
suaves y cómodas, hechas para las mías.
Nos aferraremos la una a la otra.
Sentiré tu latir en mis muñecas, palpitaremos
a la par.
Caída la noche, me refugiaré en tu
cuerpo.
Me ocultaré en tus senos y bajaré sigilosa
al tabernáculo
que habita entre tus piernas.
Oraré en ti, te tocaré: me sentiré viva, como
en casa.
Sabré que allí seré bienvenida noche a noche
cuando el frío abrasador me haga víctima de
tu ausencia.
Viviré en ti, de tu cuerpo, de palabras y
caricias.
El tiempo dejará de existir
y con mis dientes morderé suave tus
labios.
Nos haremos una,
nos haremos amor,
nos haremos deseo,
nos haremos carne,
nos haremos para deshacernos llegado el
día.
No diré adiós.
Que el alba me queme, me destroce, me carcoma.
Yo no
soltaré tu forma.
Moriré pues tú eres alba, eres muerte, eres
mía.
Y con mi cuerpo ya desfallecido,
con mis dientes morderé suave tus labios....
María
del Carmen Ríos. Grupo 610