martes, 30 de julio de 2013

Lección de Inglés


Con el rabillo del ojo escudriña por el cascarón verdoso de la puerta. Recorriendo las losetas entre él y la bulla, se mira en un sueño nebuloso, justificación de su impulso por comprobar que was y were se aprenden mejor con el roce del aire, entre la palabrería del pasillo y la exhaustiva observación de la jardinera central.
     Los árboles de ramales alborotados y cabelleras coloridas no confunden con pronunciaciones exageradas. Sólo el delicado siseo del viento  conoce el encanto del equilibrio entre fuerza y suavidad al hablar una lengua distinta.
     Un tumulto de  chicos embravecidos se dirigen a clase, con ellos la neblina se precipita y, frente a él, escribe un diálogo silencioso en el espeso follaje aceitunado. 
     No atina a leer con claridad ni a distinguir un irritante y agudo zumbido. Una punzante sensación bajó de sus oídos al estómago. Su entorno palideció cegando por un instante su mirar. Cuando se recupera, se encuentra acorralado por la mirada vertiginosa de la profesora. Atónito él, furiosa ella.
Sus miradas jugaron un combate de esgrima que terminó por vencerlo en su pupitre, mientras su palpitante corazón se sumía en la tristeza. Para salvarlo, no encontró más remedio que imaginar al viento poseyendo a la profesora y que de sus ojos pardos chispeaban retoños verdes.
                                                                                        
                                                                                                                                           Brandon Gala

                                                                                                                                            Grupo 660